"No se ha pensado en lo que tenemos, que es de muy buena calidad"

“Yo siempre hablo de vino. En el valenciano se encuentra la calidez del Mediterráneo. Un ensamblaje con el clima que logra vinos de calidad, con la influencia de la calidez que da el clima al terruño de los viñedos”.

Isabel Reig, dianense de 27 años, tiene fe en el producto valenciano. Y obras son amores. Estudió Administración y Dirección de Empresas, orientando desde el principio su formación hacia Original CV. Un proyecto familiar que ha echado a andar, en internet, desde junio de 2010 y en la estación Joaquín Sorolla desde la llegada del AVE a Valencia. Original CV es un espacio gastronómico-cultural de productos valencianos.

¿Conoces cada uno de los productos de la tienda?

Me dediqué durante tres meses, en exclusiva, a visitar desde grandes bodegas a pequeños productores. A algunos les contaba la idea y les encantaba. Otros me decían que lo que yo quería no tenía futuro. Una vez visité a uno que hacía membrillos, dulces tradicionales. Yo iba con el dossier y creía que nos sentaríamos a hablar. Me dijo: “Yo no puedo parar”. Así que mientras trabajaba yo le informaba. También he recorrido todas las ferias.

¿Fue fácil contar con la colaboración del pequeño productor?

Había quien comercializa sus productos a nivel local y no quería salir. Otros, más ambiciosos, sí quieren crecer.

La paella  y la naranja son el único reclamo de la gastronomía de Valencia.  ¿Por qué es tan desconocido el producto valenciano?

Creo que desde las instituciones no se ha protegido el producto, hasta ahora. Consejos reguladores y administraciones han empezado tarde a apoyar el producto comparado con otras regiones de España. Por ejemplo, La Rioja nos lleva años luz en cómo promociona su producto.

¿No sabemos lo que tenemos?

Parece que el consumidor valenciano no reconoce lo suyo. Pero es que no hemos hecho que nos guste. Los andaluces beben fino, los gallegos Ribeiro y aquí, ¿qué pasa? Y luego está el canal de restauración. Vas a cenar y a veces en la carta de vinos tienen un vino valenciano o ninguno. Y eso es porque no se conoce. Detrás, vas a la bodegas, y te das cuenta de que no tienen poder de negociación. Les faltan ayudas. Ahora es cuando se hacen cosas. Estamos en ese camino. Y ese es nuetro trabajo, dar a conocer lo que tenemos.

¿Es Valencia tierra de buen vino?

El vino valenciano de bodega denominación de origen y variedades tiene gran calidad. Hay bodegas que cuidan muy bien su viñedo. Destacaría las variedades. Las han estudiado y seguido su evolución. Hay trabajo, una apuesta por lo nuestro. Por ejemplo, la Bobal de Utiel-Requena y Monastrell de Alicante. Históricamente, hemos sido una de las regiones que más vino produce. Pero no lo hemos bebido, lo hemos vendido a granel. Como había otra fuente de ingresos, el turismo, nos olvidamos del producto valenciano.

Y ahora baja el turismo, ¿qué hacemos?

La cultura gastronómica ahora genera valor. Antes los turistas venían y sin saber cómo, se vendía. Ahora no. Y se está intentando utilizar la denominación de origen como reclamo. Pero hay que profesionalizarse. Falta noción empesarial. Por ejemplo, ahora empiezan a hablar de las variedades de arroz. Eso ha existido siempre, pero ahora hay más preocupación por lo nuestro.

¿Está la mistela infravalorada?

Totalmente. El Moscatel es una variedad, pero la mistela puede ser de muchas variedades. Tenemos la idea de una mistela producida a granel. Pero es algo que siempre hemos tenido. Y luego sales por ahí y se pide Limoncello u Orujo de hierbas de Galicia. Otra vez lo mismo. Hay destilerías muy buenas, si se les diera una oportunidad, la gente se asombraría. Un ejemplo es el Moscatel Reserva de Teulada. Además, se están produciendo nuevos licores en la Comunidad muy buenos.

¿Qué otros productos que se hacen en la Comunidad y no valoramos?

Está el caso del queso. Son una pasada y son únicos, no los tienen otros. El de oveja guirra. Tenemos el tronchón, el servilleta. O el aceite de Sierra de Espadán. Las conservas, las confituras, los vinos dulces. Pero no se ha pensado en lo que tenemos, que es de muy buena calidad.

¿Cómo desvincular la etiqueta de gourmet de lo tradicional y artesano?

Ese es una de los retos. La gente entra a la tienda y mira con miedo. Yo quiero que toquen los productos, que los cojan. Me gustaría introducir degustaciones para que prueben el producto y lo incorporen en su día a día. Se asocia a los productos tradicionales que son caros. Y no es verdad. Quizá sí valen un poco más que en las grandes superficies pero es que hay productos que, al ser artesanales, y pequeñas cantidades, se paga un poco más. Pero el precio es asequible.

Mejora la marca Valencia.

Creo que han conseguido que nos conozca mucha gente. Nos hemos vendido hacia afuera pero hay labor aquí. Primero hemos de querernos para que nos quieran. Apostaría por eso.

¿Está respondiendo el AVE como se esperaba?

Los primeros días muy bien. Había expectación. Pero el mes de enero está siendo flojo respecto al promedio de visitas que se calculó. Seguramente marzo será muy bueno, pero hay que esperar. El precio del AVE no es barato.

¿Cómo es el perfil del cliente que pasa por la tienda?

Sobre todo, el curioso local. Y gente de Valencia, que viene de Madrid o se va. El motivo de viaje es por negocios y por placer. No hay mucho extranjero, un 15 por ciento.

¿Y cómo funciona Original CV en la red?

La gente se queda con el nombre y luego te busca. En internet hay que estar. Lo más curioso que he notado es que el usuario que entra a comprar va picando de todo un poco. Y en un principio pensé que haría pedidos únicos de un sólo producto. La página también ayuda y da la oportunidad de formar sobre los productos que hay en Valencia.

Una cesta para una cena.

Empezaría la cena con un cava rosado Pago de Tharsys. De aperitivo un queso de cabra de Castellón, acompañado con confitura de granada y unas tostadas de paté de aceitunas con nueces de Alcoi, embutidos de Requena y una tapa de pericana (tomate seco, pimiento seco, bacalao seco y aceite de oliva). Para acompañar, un vino tinto: Las Ocho-Chozas Carrascal. De postre: “Arrop i Tallaetes” y una mistela Roble de garnacha tinta.