"El periodista que concilia, tenga la edad que tenga, tiene horizontes personales, familiares y profesionales"

Marosa Montañés conoce la televisión perfectamente. Trabajó durante 35 años en Radio Televisión Española. Ahora, su dilatada experiencia la pone al servicio de la profesión y los espectadores. Preside, gestiona y vela por dos asociaciones. La primera, comprometida con la mujer y su influencia en los medios de comunicación: Mujeres Periodistas del Mediterráneo. La segunda, la Asociación Valenciana de Espectadores Vermás, persigue una televisión socialmente responsable.

¿Por qué fundas Mujeres Periodistas del Mediterráneo?

Nace hace diez años por los problemas que teníamos como mujeres y periodistas. Pensamos en una alternativa creativa y solicitamos ser una asociación, un ‘lobby’ de opinión. Somos más de 150 asociadas y junto a ese objetivo propusimos dignificar la profesión, ayudar a las asociaciones y conseguir que las mujeres mandáramos en los medios. Sólo hay un 24 por ciento en puestos directivos.

Recuerdas alguna anécdota que te hiciera ver que era necesaria esta asociación.

Recuerdo comportamientos machistas de algunas personas con las que he trabajado y a los que les costaba reconocer que la periodista podía superarlo. Y eso no se aceptaba.

¿Cuándo será posible la conciliación?

Cuando en España exista el horario europeo, se unifiquen costumbres, horarios y empiece a calar no hacer reuniones después de las cinco de la tarde. Cuando se haga una mayor y mejor utilización de las nuevas tecnologías no hacia el autoempleo sino a la conciliación. Y cuando cambie la mentalidad de los que mandan y entiendan que el trabajo es un medio, no un fin. Son más importantes los efectos positivos de la conciliación que los efectos laborales, que son caducos. Cuando eso se entienda, el Estado podrá otorgar exenciones fiscales a los medios de comunicación que utilicen las nuevas tecnologías en favor de la conciliación, tanto para hombres como para mujeres.

Durante todo este tiempo, ¿han sacrificado los hombres su vida personal?

Dependiendo de las generaciones. No llamo sacrificio a optar por lo que me conviene. Eso era una opción, una decisión. Las nuevas generaciones, con las nuevas tecnologías, han sido educados en la igualdad y en la conciliación. Las anteriores están pasadas de rosca, obsoletos en su planteamiento y cercanos a la depresión cuando se jubilan. El periodista que concilia, tenga la edad que tenga, tiene horizontes personales, familiares y profesionales. Renacen de sus cenizas.

Organizásteis en 2009 el I Congreso Nacional de Tecnologías 2.0: rumbo a la igualdad y conciliación en los medios de comunicación. ¿Qué respuestas encontrastéis y que nuevas preguntas surgieron?

Una respuesta que encontré es la apertura a esta nueva mentalidad de mis compañeros que ocupan puestos de dirección en medios valencianos. Respecto a las preguntas, en esta vida, cuando se es un buen profesional se es un buen periodista, trabajes donde trabajes. Pero la duda que le puede surgir a una empresa, ante las nuevas tecnologías es: ¿cuándo podré introducir la conciliación?, ¿cuándo contaré con dinero para llevarla a cabo?

¿Cómo ves el panorama de los medios de comunicación valencianos?

Complicado. El papel va a desaparecer. El futuro es ‘online’ y la conciliación también tiene ahí su futuro. Pero fundamentalmente siento mucho la crisis económica que están sufriendo y que llevan a despidos numerosísimos.

¿Ha habido también una mala gestión?

En algunos casos sí y en otros, no.

¿Es inherente a las empresas de comunicación la precariedad laboral de sus periodistas?

No es inherente, es el grave error que cometen. Para desarrollar un buen trabajo se necesitan medios adecuados, sino se convierte en basura. Las condiciones basura suponen el aprovechamiento del empresario del periodista, y del periodista como profesional, porque se le obliga a ser un chapucero.

¿Son las nuevas tecnologías una esperanza para el profesional que quiere promocionar y cuidar su vida personal?

La esperanza del profesional de las nuevas generaciones son las nuevas tecnologías y la creatividad personal. Se está pasando del periodista de un medio al periodista del grupo mediático, que toca todos los palos. También se está pasando del director de comunicación al community manager, que sabe varios idiomas y cuenta con experiencia en la red. También está tomando importancia el periodismo ciudadano, y no lo veo mal. La gente es transmisora y espejo del futuro. Pero sobre todo, el periodista español va a salir adelante con trabajo, ideas y mucha generosidad.

También presides la Asociación Valenciana de Espectadores Vermás. ¿Tienen los espectadores voz y voto?

Es la asignatura pendiente. No porque no tengan los cauces adecuados, que los tienen, pero les sobran tragaderas y mentalidad de evasión ante la pantalla. Y les falta garra crítica, sentido crítico.

¿Cómo valoras el panorama audiovisual valenciano?

Me faltan datos pero queda camino por recorrer. El valenciano tiene muchas ideas pero debe tener más constancia, llamar más fuerte para que se le abran las puertas. Hay que aprender a trabajar mejor, no es cuestión de tiempo sino de inteligencia emocional con ideas.

¿Qué opinas de la situación de Canal 9?

Tengo muchos colegas de Canal 9.  Es una televisión donde los profesionales lo están pasando mal, hay una deuda muy fuerte. Yo apuesto por Canal 9 siempre, pero con una mejor gestión que permita mejorar los contenidos audiovisuales.

¿Qué entiendes por un producto de calidad?

Aquel que es socialmente responsable. Igual que a un producto chino se le pide que sea socialmente responsable, ¿por qué a los audiovisuales o a las ideas no se les aplica y exige que sean espacios socialmente responsables? Que se contemplen valores como la cultura del trabajo, el respeto a los mayores, a la diversidad o la alegría.

Cada año celebráis una jornada promoviendo un modelo de calidad televisiva. Este año organizáis una sobre L’Alqueria Blanca. ¿Qué destacáis?

La sociedad civil valenciana que Vermás representa busca prestigiar lo valenciano. Y dentro de los contenidos audiovisuales, L’Alqueria es un programa blanco, contiene valores de nuestra tradición. Por eso queremos dedicarle una jornada a las claves del éxito y las tendencias actuales a la cercanía.

Una propuesta de televisión

Más que un modelo de televisión, propongo mejorar la existente. La televisión ideal sería aquella que siguiese los consejos de un defensor del espectador como figura rectora. Una televisión que sea plural, crítica. También debería respetar los horarios infantiles y que enriquezcan el pensamiento de la persona. Algo similar a lo que en un tiempo fue La 2, donde tuve el honor de trabajar, y emitiría un telediario sólo de buenas noticias como telediario estrella.

¿La programación está funcionando en base a unos medidores de audiencia fiables (los audímetros)?

Espero que sean fiables si son ciertos. Lo que sé es que los programadores son esclavos de los índices. Hay que apostar no por lo que hay sino por lo que se pueda mejorar.  La televisión debería ser el resultado de una amplia encuesta en la que pediría que el ciudadano contestara en un espacio en blanco: ¿a usted que televisión le gustaría? Y no optar por lo que hay.

Sin embargo, hay programas actuales que consiguen grandes cifras de share.

Es el resultado de la mentalidad de evasión. Hay que llegar a un consenso de qué es lo mejor, se puede pero no se ha logrado. Se conseguirá cuando el profesional del medio dirija sin políticos, sin intereses empresariales y con participación de la sociedad civil.

Una razón para no apagar la televisión

Hay que apagarla cuando no estés de acuerdo y hay que mantenerla cuando quieres informarte. Creo que los telediarios deberían ser más participativos, que pudiera intervenir el ciudadano, la noticia está en la calle. Ahora sólo se les deja votar.

¿Qué suponen las nuevas tecnologías para la televisión?

Va a cambiar el modo de transmitir la noticia y también el formato en que se hace. Mejorará.