Evita problemas asegurando tu vivienda

¿Vale la pena ahorrarse el seguro del hogar de una vivienda deshabitada o que se usa muy poco? Una casa heredada, un inmueble familiar para los meses de verano o una mudanza, pueden dar lugar a una propiedad que no se utiliza la mayor parte del año. Surgen ahí las dudas sobre la necesidad de un seguro.

Al contrario que en la cobertura del coche, no hay una normativa que exija la contratación de una póliza del hogar. No obstante, esto no significa que no sea recomendable asegurar, ya no solo la primera, sino la segunda vivienda, esa que no utilizamos de manera habitual.

El hecho de que esté cerrada y en desuso la mayor parte del tiempo es un motivo más que suficiente para proteger la casa de los incidentes más frecuentes. Y es que tener una cobertura mínima nos puede evitar graves problemas.

En muchos casos son residencias en zonas tranquilas de playa o de campo que apenas se usan y a las que se les dedica menos atención y recursos para mantenerlas en buen estado. El deterioro en cualquier tipo de infraestructura es inevitable, independientemente de su uso, y si no se ataja, lleva a situaciones de riesgo y mayor probabilidad de percances.

Ante esta situación, muchas entidades ofrecen seguros específicos para segundos domicilios, pensando en las necesidades concretas y en una mayor flexibilidad.

Los seguros para el hogar básicos cubren los accidentes ocasionados por inclemencias meteorológicas, inundaciones, incendios, robos, daños por agua y la responsabilidad civil a terceros. Algunas compañías también añaden cláusulas interesantes como reparaciones de bricolaje, defensa jurídica o averías puntuales.

Estas son las principales coberturas que interesa tener en una casa deshabitada o con un uso ocasional:

  • La responsabilidad civil es la garantía básica que requiere cualquier seguro del hogar. Permite proteger al propietario de los desperfectos ocasionados a terceros. Por ejemplo, cubrirá al vecino en caso de que la casa tenga goteras y se formen humedades en el piso de abajo.
  • Las propiedades más alejadas y desocupadas son más sensibles a allanamientos, robos y ocupaciones ilegales. Suele ser el caso de las segundas viviendas pensadas para estancias vacacionales o turismo rural. Un seguro del hogar cubrirá los gastos derivados de estas situaciones y en algunos casos, incluso el asesoramiento legal.
  • Los accidentes del hogar por causas meteorológicas son más habituales de lo que parecen. La intervención del seguro será clave para afrontar los gastos y los desperfectos ocasionados por tormentas, el alcance de un rayo o fuertes vientos.
  • Distintas razones pueden provocar un incendio que afecte no solo al interior del hogar sino a las viviendas adyacentes. La responsabilidad civil del seguro y la cobertura de los daños causados evitará tener que afrontar los elevados gastos para cubrir los desperfectos.
  • Algunas aseguradoras ofrecen un servicio de bricolaje y reparaciones para esas pequeñas puestas al día del hogar. Desde una grieta a un grifo roto o la avería de un electrodoméstico. Este servicio se convierte en una excelente opción para una buena conservación de la casa y evitar así su deterioro.

Hay que tener en cuenta que algunas compañías no cubren los daños del hogar si detectan una falta de mantenimiento de las instalaciones. Es importante, aún siendo una casa que no se use, tener al día las revisiones e inspecciones necesarias. Y a la hora de contratar un seguro, la clave es informarse y elegir una opción flexible y que se adapte a tus necesidades de cobertura.