Crónica del domingo en el FIB 2012

Sonaba El Lago de los Cisnes después del cierre de David Guetta, paradójico a más no poder, y fue imposible reprimir la sensación de que tras esta edición se agravan, nunca mejor dicho, las sensaciones de continuidad del que fue mastodonte festivalero por excelencia.

Una fórmula por definir desde hace algunos años, especialmente desde la toma de poder de Vince Power, un público nacional que este año no superó el 25% y el británico al que la oferta de playa y sol, viendo cómo cada edición entra más tarde al recinto, le atrae descaradamente más que el cartel en sí.
Aquello del sufrimiento de decisión entre actuaciones solapadas se ha transformado en ratos muertos en los que incluso hubo, como el caso del jueves, parón simultáneo en los tres escenarios.

Este pasado domingo, destacaron las letras ácidas de The Secret Society, una de las formaciones nacionales más interesantes de reciente hornada, el paisajismo musical deThe Antlers, la bendita suciedad de Howler o el efecto bailongo naif de La Casa Azul en contraposición a la dureza electrónica de Totally Enormous Extinct Dinosaurs.

Aún así, era el recinto del FIB una enorme sala de espera. Visita concertada con Bernard Sumner y el resto de componentes, a excepción de Peter Hook, de New Order.
Lo cierto es que los mancunianos, lejos del obvio momento revival, se mostraron más que solventes pese a alguna ida y venida de sonido en las PAs (proporcionalmente el volumen de Maravillas era mucho inferior al de sus dos hermanos pequeños). En el cumpleaños de Ian Curtis defendieron notablemente la casi obligada “Love will tear us apart”, y recuperaron entre otras las imprescindibles “Blue Monday”, “Perfect Kiss” o “Bizarre Love Triangle”.

Nando.