La primera referencia escrita sobre las doce uvas apareció en la Nochevieja de 1895.

Fue un invento de un grupo de cosecheros para dar salida a un excedente en la producción de uvas. Decidieron envolverlas en paquetitos de 12 uvas y venderlas como “uvas de la suerte”.  La primera referencia escrita sobre las doce uvas aparece en la Nochevieja de 1895.

Se toman con las campanadas de nochevieja, una uva por cada campanada. Se supone que se ha de terminar a la vez que el reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Con cada uva se puede pedir un deseo. Según la tradición, se cree que el que se coma las doce uvas al compás de las campanadas tendrá un año próspero.

En la actualidad las uvas se venden en lata, en envases individuales, sin pepitas….etc para hacer que sea mucho más cómodo.